Con las cercanías del 8 de Marzo día internacional de la mujer, nos impacta como aun en el año 2009 podemos hayar a lo largo del globo terráqueo, aberrantes intentos de negarnos la propiedad sobre nuestra propia sexualidad y permitir que Otros sientan que tienen el derecho y el poder de controlar el cuerpo femenino, torturarlo y privarlo de su capacidad de disfrute, imponerle forzosamente relaciones sexuales por medio de la violación y privarlas de su derecho al control de la natalidad.
Doloroso es comprobar, que en el mundo, la igualdad es un tema aun pendiente, como lo demuestra los datos entregados por Amnistía Internacional, que delatan que en el mundo más de 135 millones de mujeres viven con sus genitales mutilados, después de haber sufrido horrorosos ritos y técnicas de ablación (extirpación del clítoris y los labios menores, para impedir el placer femenino y el adulterio) e infibulación (sutura de la vulva y los labios mayores, para favorecer la virginidad y dificultad la infidelidad). Lo que significa que, cada minuto, en el mundo, unas 4 mujeres son humilladas y sometidas a estas mutilaciones. Tanto así, que en África, se le ha realizado al 90% de la población femenina y por ejemplo en Somalia han sido mutiladas el 98% de ellas. Situación que pese a las imigraciones se sigue perpetuando,en los países de destino, puesto que los inmigrantes consideran estos actos como parte de sus ritos y su identidad cultural.
Ahora bien, no vayamos a creer que esto es un problema netamente del continente negro, pues en Europa y EEUU se practicó estas mismas técnicas, durante el S XIX con el fin de "curar" la masturbación femenina y las inclinaciones ninfomanas, en definitiva, privarnos de todo goce sexual. Y para que hablar sobre la larga historía de cinturones de castidad, de exclusión de mujeres en claustros o su vigilancia constante por damas de compañia, porque no se confiaba en nuestras capacidades de comportarnos sexualmente como se "debía".
Sin ir más lejos, hasta hace no mucho en europa y aún en variadas zonas del mundo, se mantiene un enorme control del cuerpo femenino, mediante la exigencia de la virginidad como un valor escencial de la "buena mujer" castigandose emocional o fisícamente a las mujeres que llegasen a ser descubiertas que la habían perdido e inclusive llegando en el casos actuales, en los que variadas culturas musulmanas y niponas exigen que la mujer pruebe que ha llegado virgen al matrimonio (varias de las cuales, no les ha quedado otra opción, que solucionar la prueba de "sus deslices" cosiéndose el himen y así resguardar su honra familiar y social).
Asimismo, no sólo se ha exigido la pureza al género femenino sino que también otras formas de castidad y subyugación: como la fidelidad total al marido (quien podría o no corresponderle de igual forma en este ámbito) Siendo duramente castigado, a lo largo de la historia, el adulterio femenino, permitiendo inclusive que los maridos matarán a sus mujeres, a partir de la mera sospecha de su infidelidad; situación que pese a que a cambiado legalmente en varias zonas del planeta, no se ha solucionado del todo, ya que hoy en día no es infrecuente saber a través de los medios de comunicación del asesinato de alguna mujer o femicidio, por los celos o sospechas de un comportamiento infiel.
Paradojicamente, pese a este excesiva preocupación por la castidad femenina, nos encontramos con el hecho que a cada minuto una mujer es víctima de un ataque sexual y que inclusive durante épocas de guerras su cuerpo se torna en un terreno de lucha y de conquista, puesto que las violaciones ha sido utilizadas por los agresores como un medio para atemorizar y provocar el desplazamiento de la población y ganar territorios que son de interés por razones políticas, geo-estratégicas. A la vez que buscan provocar embarazos forzosos, puesto que al tener un hijo del “enemigo” y acabar con la siguiente generación los agresores fomentan la llamada “limpieza étnica”.
Pero la violencia sobre el sexo femenino, no sólo se remitirá a las violaciones, sino que que también es usual el enterarnos de abortos forzados, la esterilización de sus victimas y el contagio intencional de enfermedades de transmisión sexual, incluido el SIDA. Y como si esto no fuese suficiente, muchas mujeres y niñas son secuestradas y reclutadas forzosamente por grupos armados que las utilizan como esclavas sexuales.
Por ello, cada vez que se comete una violación, se mata a una mujer. se mutila su sexo, se les niega su propio placer y se le dificulta métodos de control de la natalidad, estamos un paso más alejados de la igualdad. Es importante celebrar nuestro día, pero la lucha es a diario y nos incumbe a todas y todos.
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